Generalmente las sesiones de clase son diferentes la mayoría de los días ya que depende de la inercia del grupo.
Al llegar al salón de clases observo disimuladamente que están haciendo los estudiantes, llego hasta el escritorio y recorro con una mirada rápida a todo el grupo; menciono con voz fuerte “Buenos días” para así llamar la atención. Cuando no lo logro, me siento en la silla y observo en silencio hasta lograr captar la atención de los estudiantes.
Posteriormente les pregunto en que momento de la secuencia vamos, solo para verificar que han trabajado en casa.
Comenzamos la lectura del tema y cuando se presenta alguna oportunidad y el tema lo permite, hago comentarios acerca de la realidad que estamos viviendo.
La mayoría de las veces he pensado que los estudiantes aprenden mejor cuando se les ejemplifica el tema de estudio con la realidad que se vive.
Cuando fui estudiante algunos de mis maestros me dejaron esta enseñanza. Recuerdo que las clases tenían sentido y logré comprender que de esa forma se aprendía mejor sin olvidar la idiosincrasia de cada uno de ellos.
Si tu te conectas con los estudiantes en su mundo, quiero decir: “que pienses, hables y sientas lo que ellos en su momento” ; esto te hará mas fácil tu actividad docente y de esa forma los estudiantes atenderán, entenderán y aprenderán. En conclusión a vivir en esta vida con la ayuda de la materia que imparto.
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